La medalla de Vigilancia Pública está considerada la primera insignia acreditativa de la Policía.
Se implanta y se describe en la Real Orden de agosto de 1887.
Por Real Orden de 30 de Agosto de 1887 se dispone que los Inspectores y Agentes de Vigilancia vestirán traje decente y limpio de paisano, según su clase, llevando oculta, dentro del chaleco, una medalla de metal blanco, pendiente de una cadena del mismo metal.
Dicha medalla muestra en el anverso las armas de España y en el reverso un gallo con la inscripción de "Vigilancia pública" en la parte superior, y en la inferior la de "Inspección", si se trata de Inspectores, o el número que al agente corresponda.
Los Inspectores llevarán además, en todos los actos en que no interese ocultar su autoridad, bastón de caña con puño dorado, trencilla y bellotas verdes, sin mezcla alguna de plata u otro.
Los Delegados de distrito usarán, según la Real orden de 4 de Agosto de 1891, bastón de caña blanca, precisamente, con puño dorado, trencillas y bellotas verdes entretejidas con hilos de plata.